Por Pablo Campos.

Entrevista realizada a la escritora Susana Szwarc sobre su reciente libro «El ojo de Celan» y su relación con la escritura y el género de la poesía.

Lamás Médula: Susana, tu último libro «El ojo de Celan» es de poesía, pero tu obra ha viajada entre la narrativa, la poesía y la literatura infantil. ¿Cómo es viajar entre distintos géneros y público?

Susana Szwarc: Podría decir (intentar/inventar) que la forma viene “construida, dada”. Por ejemplo, si estoy leyendo algo, como hace un rato “Del caminar sobre hielo” de [Werner] Herzog, que sacó hace poco editorial Entropía, encuentro alguna palabra (recuerdo “traqueteo”, por ejemplo) que me lleva a querer ser nombrada en algún poema. De pronto alguna frase me aparece como para armar algo más narrado, y necesito de otro cuerpo; de la página de otro modo. A la vez se me vienen ideas para propuestas en los talleres literarios. Con el paso del tiempo, ese entrenamiento, produce una especie de diversos placeres, fragmentaciones, estallidos. Hay una especie de “rayo de luz” que cae en, de, con, sobre (irían casi todas las preposiciones) una. Pero no solo de otras frases vienen las frases, creo que también de una música, de una pintura, de un gesto, de un saludo, de algún movimiento de las cosas. También a veces se me arman como “cuadros” (con palabras) y digo: es para una novela. O teatro o para literatura infantil y juvenil. Pero no sabría decir muy bien cómo, por qué.

En relación a los lectores, hay quienes me reconocen sólo como poeta; otros como narradora pero hay quienes leen fuera de los géneros o incluyéndolos. Me sorprendo y alegro cuando gente joven me dice: aprendí a leer con Había una vez un circo o Había una vez una gota. Deseo que lo que escribo responda a lo poético.

LM: ¿Cómo fueron tus primeros pasos en la poesía? ¿Qué sentís que ella te brinda?

SS: Me gusta lo de los primeros pasos, ¿cómo me largué a caminar? (“¿Por qué caminar es tan doloroso”? Se pregunta Herzog en ese libro). Un hecho de dolor se escribió en un poema. Sin embargo, con el paso del tiempo eso alcanzó una memoria material. Se fue desovillando algo, se fue abriendo y lo doloroso tomó otro camino, hasta alcanzar la otra cara de las cosas. Así como el caminar y su dolor me llevan a pensar en zapatos que aprietan, o zapatos nuevos o zapatos de otros que no hay más remedio que usar. Entonces se produce un movimiento clownesco. Creo que la poesía me brinda cuerpo. Y dado que la tanta alharaca por el Ser me causa gracia, diría que la poesía nos brinda otra forma de ser.

LM: ¿Cómo fue naciendo «El ojo de Celan»? ¿Cuándo viste que esos poemas comenzaban a ser libro?

SS: Me demoro mucho con los títulos, sin embargo este libro nació con nombre. Así “El ojo de Celan”, después dudé mucho, temí que pareciera un nombre presuntuoso, que por qué ese ojo y no otro. En un solo poema se nombra a Paul Celan. Su poesía me habla, me toca. Por supuesto que mucha otra también. Sin embargo, estos poemas, donde se me imponían tanto el pueblo como la ciudad, la marca de origen, aunque no creo en el origen, me parecían que tenían que ver con una espacialidad. Me costó verlo como libro, parecían poemas sueltos. No como en el libro anterior de poesía “Bárbara, dice” donde me parecía que trabajaba con una temática. En un momento pensé que sí, que había algún hilo, una insistencia, me atrevería a decir, política. Nombrar desde otro lugar. Una especie de desenmascaramiento con sentido del humor, una ironía no gritona. Volví al título, quería en un momento que fuera una palabra wichí. Pero esta palabra fue al final de un poema y a veces pienso que podría ser el título del próximo libro.

Susy Shock, en la contratapa del libro dice: «Pasajeras vamos de un tren repleto para algunos, bien dispuesto para otras, residuales como gritaría tu poema ante la mirada atónita de un mundo-ciudad al que no le importamos, por eso escribís, por eso escribimos compañera, para hacerle frente a la desidia y a la indiferencia y al olvido…»

LM: ¿Cómo te sentís en ese lugar? ¿Cómo te hallás desde esa perspectiva con tu poesía?

SS: Me pareció hermoso lo que escribió Susy Shock. La había escuchado en su espectáculo Poemario Transpirado. Le pedí que me escribiera la contratapa y ella fue una lectora generosa. No se me había ocurrido decir tan claramente que escribimos “para hacerle frente a la desidia y a la indiferencia y al olvido”, por una cuestión defensiva tal vez, y ella tiene la grandeza de recordármelo. Además leyó entrelíneas, como si hubiera leído el cuento El aire justo (repleto para algunos y bien dispuesto para otros), y donde habla de una mirada abandonadora, de un conglomerado que deja de lado a los suyos. (Ya sabemos, el prójimo, el auxiliar, a la vez el enemigo).

Creo que escribimos para que el viaje (de la vida) sea mejor, transformador. En el simulacro del mundo, la poesía, residual como sus poetas, es el punto más alto de la creación. Con eso mismo que hace al saludo, al intento de comprensión, hacemos otra cosa. ¿Un puñado de música?

La escritora Susana Szwarc.
Pablo Campos

Pablo Campos

Escritor

(Buenos Aires – 1977) Poeta. Participó en la primera antología recopilada por Hayde Breslav, Taller la mente humeante (1998). Su blog personal es www.alcielounbarrilete.blogspot.com Desde el 2015 administra el blog Lamás Médula Entrevistas y forma parte del colectivo Poetas Peronistas. Tiene publicado el libro La sangre en el ojo  por Ediciones Lamás Médula (2014).

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