Moverse. Hasta un reloj parado da la hora exacta al menos dos veces por día. Moverse. Si la cosa viene bien, moverse mejora lo bueno y si la mano viene oscura, ayuda a salir de lo que pesa.
Moverse. Correr. Saltar. Crear. Oponerse. Resistir. Amar. Bailar. Volver a amar y así. El buen vino ayuda, el queso acompaña. Aceitunas negras, por favor.
Moverse. Despedirse de lo que fue. Sonreírle a las penas que vienen. Decirles acá estoy. Jodeme.
Toda verdad indiscutible es sospechosa. Hay que moverse.
Piensa mientras bailas es el eslogan de las juventudes europeas con las que combaten la crisis terminal en el Viejo Mundo.
Todo un palo. Todo se quema.
Arde París. Arde Oriente Medio. Se hunden balsas atestadas de emigrantes que huyen de bombas cruzadas. Las corporaciones disparan gobiernos conservadores sobre civiles indefensos en los cinco continentes. Hay que moverse.
Y ahí vamos. Con este periódico digital Lamás Médula, moviéndonos moviéndonos moviéndonos, junto a narradores, dramaturgos, poetas, performers, actrices, músicos y otros saltimbanquis de varias partes del mundo.
Ahí vamos. Mientras bailamos. Pensamos. Y nos movemos. Porque sí, porque no queda otra.
Bienvenidos.
Lamás Médula