Miércoles 10 de febrero de 2016
A los 95 años murió el gran poeta sanjuanino, Jorge Leonidas Escudero. Nos deja una inmensa y bella obra.
Máximo exponente de la literatura de su provincia y del país. Tras ser minero y empleado en diversos rubros, publicó su primer libro teniendo 50 años. Entre otros reconocimientos obtuvo el máximo galardón de la Biblioteca Nacional, Premio Rosa de Cobre. Y el año pasado ganó el segundo lugar de los Premios Nacionales a la Producción 2011-2014, que otorga el Ministerio de Cultura de la Nación. También obtuvo la primera mención del Premio Nacional de Poesía y hubo revuelo entre los poetas porque consideraban que merecía el primer premio.
Editó los siguientes libros de poesía: La raíz en la roca (edición del autor, San Juan, 1970), Le dije y me dijo (Spae, San Juan, 1978), Piedra sensible (edición del autor, San Juan, 1984), Los grandes jugadores (edición del autor, San Juan, 1987), Basamento cristalino (Filofalsía, Buenos Aires, 1989), Umbral de salida (RundiNuskin, Buenos Aires, 1990), Elucidario (Fos-Epsilon, Buenos Aires,1992), Jugado (Fos-Epsilon, Buenos Aires, 1993), Cantos del acechante(Fos- Epsilon, Buenos Aires,1995), Viaje a ir (Fos-Epsilon, Buenos Aires, 1996), Caballazo a la sombra (Tierra Firme, Buenos Aires, 1998), Aguaiten (Canto Rodado, Mendoza, 2000), Senderear (Martín, San Juan, 2001). Le dije y me dijo (antología editada en México por Ediciones Azafrán). En Ediciones en Danza publicó los siguientes títulos: A otro hablar (2001),Verlas venir (2002), Andanzas mineras (poemas relativos a la minería extraídos de sus obras anteriores, 2004), Endeveras (2004), Divisadero (2005), Tras la llave (2006), Caza nocturna (2007) y Dicho en mí (2008).
Silencio
(en Andanzas mineras II y 12 poemas vividos / Ediciones en Danza 2015)
Iba,
pero estoy de vuelta
antes de haber llegado.
Entonces le dije a mi cerebro:
Quedate quieto,
hoy no voy a pedirte pan
ni dinero para comprarlo,
tengo otro pensar para encontrar la verdad
y es por eso que me devolví
de adonde iba.
¿Y? Así es, hermano.
Entonces fui a la plaza,
hablé con las palomas,
ellas me dieron
ejemplos llenos de verdad.
Quedé con algo del tal Silencio Universal,
encima.