Por Lamás Médula.

La Fundación Mestizoamérica es una organización educativa y cultural sin fines de lucro ubicada en Neuquén. Su lema es:
“No hay nadie tan sabio que no tenga mucho por aprender ni nadie tan ignorante que no tenga mucho para enseñar”.

El lema de la Fundación Mestizoamérica podría parecer una obviedad. Y sin duda, lo es. Pero hay una distancia considerable entre leerlo y acordar, ser solidario o empático con esta ideología a vivir y trabajar cotidianamente en concordancia con ese principio.

Lamás Médula: Sara, contame un poco cómo es esta idea que sostienen en esta Fundación.

Sara Eliana Riquelme: Bueno, los que somos docentes y hemos tenido la oportunidad de estudiar algo de historia de la educación sabemos que “educar al salvaje”, “educar al soberano”, han sido lemas de la educación que de muchos modos han marcado una línea direccional que siempre transcurre desde el docente hacia los alumnos. Adherimos a la concepción del conocimiento como una construcción entre todos los sujetos que participan en cualquier instancia de enseñanza y aprendizaje.

LM: ¿Te referís a educar en la diversidad?
SER: Más que educar en la diversidad, concepto que compartimos plenamente, estamos hablando de educar-se o educar-nos en la diversidad. No compartimos la idea de que la educación se dé de manera unidireccional, en el sentido docente al alumno. Si bien se ha hablado y escrito mucho sobre la importancia del intercambio colaborativo, la distribución del poder en el ámbito áulico, en la realidad de la práctica se puede observar que esa perspectiva no termina de anclar en los discursos cotidianos.

Hablamos de educar-se o educar-nos en la diversidad. No compartimos la idea de que la educación se dé de manera unidireccional, en el sentido docente al alumno.

LM: ¿Qué instancias educativas son las que se imparten desde la Fundación?
SER: Son instancias de educación no formal, en articulación con los establecimientos de educación formal, que en este caso, son las escuelas primarias, secundarias y los institutos de formación docente de la zona. En 2012 ganamos un proyecto que se tituló “Villa Obrera enseñando”, y presentaba justamente un proyecto educativo para desarrollar en el barrio en el que se ponía el acento en el intercambio de conocimientos con los vecinos del barrio Villa Obrera de Centenario, en zona rural, a quince kilómetros de Neuquén, lugar en el que la Fundación ha puesto en marcha una biblioteca desde 2009. Además de apoyo para primaria y secundaria, consulta y préstamo de libros e información digital, en la Biblioteca funciona el Club de Ajedrez Torre Negra, que promueve la práctica de este juego con la participación de los jugadores del barrio en torneos locales y provinciales.

La alfabetización de adultos ha ocupado un lugar importante por cuanto fue un requerimiento de los vecinos desde la inauguración de la biblioteca.

En este espacio, además de los primeros conocimientos sobre la lectoescritura se comparten saberes sobre plantas medicinales, recetas de comidas, costumbres, lugares, historias y anécdotas que hacen a la identidad del lugar. Lo mismo ocurre con el taller de costura “Viejos son los trapos”, en el que se hacen distintos tipos de labores mientras se desarrollan reuniones que cumplen una función social, muy necesaria en esos espacios.

Quizás la actividad más importante consiste en la edición de textos literarios generados por escritores del barrio y de otras localidades más distantes. Se convoca a la participación de un trabajo de edición mediante un certamen literario. Tras el dictamen de un jurado, se editan las obras elegidas. Ya hemos editado dos libros: La región canta y cuenta I y La región canta y cuenta II, Voces en las orillas.
Desde 2011, por convenio con la Secretaría de Gestión Pública de la Provincia del Neuquén, en la biblioteca funciona un CCI, esto es un Centro Comunitario Infotecnológico, que permite a todos los vecinos a hacer uso de computadoras, impresoras, fotocopiadoras y la conexión a Internet, con la facilidad que implica para un barrio que se encuentra distante de los centros de atención que cuentan con esta tecnología.

LM: ¿Cuál es la respuesta de los vecinos a la convocatoria de la biblioteca?
SER: En todos los barrios, en todas las comunidades, hay personas interesadas en las más variadas actividades. El caudal de conocimiento que estas personas atesoran es muy amplio. Desde la historia del lugar, historias de sus lugares de origen para algunos, técnicas de trabajo, músicas, canciones, poesías. En un espacio rural como es el barrio Villa Obrera de Centenario, muchos de los trabajadores rurales tienen amplia formación para desempeñarse en las chacras o en las huertas. Tanto los niños que necesitan alguna clase se apoyo para salir adelante con las tareas de la escuela, las abuelas que quieren aprender a leer, los jóvenes que juegan al ajedrez, quienes gustan de leer un libro, niños que concurren a funciones de títeres, adultos que se acercan a un café literario o una guitarreada. En todos los barrios hay gente interesada por actividades educativas y culturales.

LM: ¿Cuál es la proyección del trabajo de la Fundación para el futuro?
SER: Es algo muy sencillo, de objetivos humildes. Simplemente seguir trabajando en la misma línea que lo hacemos, sin prisa pero sin pausa. Quizás extendernos hacia otros barrios, inaugurar otra biblioteca en un lugar alejado, de difícil acceso a instalaciones de este tipo. Éste es uno de los puntos más importantes del Plan Trienal que comprende el proyecto que diera lugar a la Fundación Mestizoamérica.

Uno de nuestros próximos objetivos es inaugurar otra biblioteca en un lugar alejado, de difícil acceso a instalaciones de este tipo.

LM: ¿Cuál es, en tu opinión, la importancia del trabajo de la Fundación?
SER: Considero que el Centro Educativo y Cultural Villa Obrera es un espacio que no debería faltar en ningún barrio, ya fuera urbano o rural. Las bibliotecas del Siglo XXI no tienen las mismas necesidades ni los mismos requerimientos de antaño. Hoy, con el acceso generalizado a la información y la posibilidad de contar en cada hogar con una instalación que permita la navegación por Internet, una biblioteca no puede constituirse únicamente como una sumatoria de libros o revistas para consulta y préstamo. Paradójicamente, y aunque pudiera parecer contradictorio, el dominio de la lectura y la escritura pareciera alejarse cada vez más de cada vez más personas. Es conveniente que las bibliotecas de barrios puedan sumar actividades que convoquen a vecinos y vecinas a encuentros de contenido social, de esparcimiento y recreación. Con toda seguridad, ésta no es la única ni la mejor de las organizaciones que intenta seguir el camino de la integración cultural y social, pero nos esforzamos para que «la biblio» sea un lugar de llegada, en el que se puede hacer desde redactar un currículum, pedir un turno en el médico o en el ANSES, hacer un trabajo en una computadora, o distintas tareas de costura, tejido, o simplemente compartir unos mates, una comida o un partido de ajedrez.

Sara Eliana Riquelme

Sara Eliana Riquelme

Colaboradora

Docente en el área de Lengua, en el IFD N° 6 de Neuquén. Egresada de la Universidad Nacional del Comahue: Profesorado en Letras, Lic. en Letras, Especialización en Historia Contemporánea. Ha participado en trabajos de investigación en la Fac. de Ciencias de la Educación en la UNComahue y ha dirigido investigaciones en el INFD. Cuenta con publicaciones de libros y artículos en distintos soportes, siempre sobre temas inherentes a la educación en relación con el lenguaje.

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