Caía la tarde y en la penumbra estaba escuchando el tango “Naranjo en Flor” en la versión de Roberto “El Polaco” Goyeneche. Me fue envolviendo el humo del recuerdo y la evocación. Sobre todo el humo.
Naranjo en flor… tango emblemático de la porteñidad. Letra: Homero Aldo Expósito, música: Virgilio Expósito, su hermano.
Oh… Homero… La Ilíada, La Odisea. Esos “Apocalipsys now” de la helenidad, que tanto cautivaron, no sólo al mismo Homero griego, sino a James Joyce y a Leónidas Lamborghini, y a los mismos padres de Homero Aldo Expósito en su Zárate natal, sobre todo a la madre, Rafaela del Giúdice Cafaro, anarquista al igual que José de Maturana, autor del libro de poemas Naranjo en flor, publicado en Madrid.
Oh… Virgilio Expósito… compositor de la música de “Naranjo…” y que además de jalonar su periplo artístico, dudando de la heterosexualidad y de la autoría de Carlos Gardel y de grabar con Lito Nebbia, fue Director de la orquesta “Jazz Club” de Zárate (patria chica de Expósitos y Cafaros) donde cantó el mismo Bily Cafaro, (a esta altura de la tarde, de notable parecido fisonómico a José de Maturana, autor del libro Naranjo en Flor citado), primo de los Expósito y famoso intérprete del aquel éxito del naciente rock argentino “Pity Pity”. Ah… Virgilio… autor de La Eneida y compañero de Dante en el famoso viaje infernal – celestial de la Divina Comedia. De eso se trata.
En estos momentos ya estaba en una nueva presencia. Presente se había hecho un Ovidio Expósito, hermano de Homero y Virgilio. Como lógica consecuencia… Ah… Ovidio… antiguo poeta, autor de La Metamorfosis. De eso se trata. Sí, primo de Bily Cafaro. Su primo. Con razones de brevedad.
Apenas emergiendo del humo no pude evitar la tentación de seguir mentando a José de Maturana (Bs. As. 1884 – Córdoba 1917), de sólo 33 años sobre esta tierra. De altos ideales revolucionarios provenientes de su anarquismo, publicó, entre otros títulos, Naranjo en Flor (1912) poesía. Respecto de este opus, su ardor revolucionario y libertario y su progresismo de altos ideales nimbados, no fue óbice para que dedicara su “Naranjo…” al Dr. Guillermo Udaondo, exponente del mitrismo tardío y del conservadurismo concreto y en su momento gobernador de la Provincia de Bs. As.).
Saúl Taborda, importante pensador de la Nación, en el prólogo de Naranjo en flor, dice del autor, hermosas y aureoladas palabras: “José de Maturana perteneció por entero a la milicia espiritual de la democracia…”, “Maturana es, por este solo título, un poeta civil de la democracia…” y «apóstol de una doctrina de verdad y de justicia…”.
Maturana también incursionó en la prosa, “El dolor en el teatro” (¿…Dolor de vieja arboleda…?). En teatro “¡Qué calor con tanto viento!” (¿promesas vanas de un amor que se escaparon con el viento…?), “La flor del trigo», “La flor silvestre», “Canción de primavera” “Canción de invierno”, (¿…canción de esquina…? y quizás ¿…calle de estío…?). No obstante, se puede parar en cualquiera de ellas y recitarlas al aire. No poco provecho será para nuestras bocas. En tren poético, son estaciones del alma, estaciones del año.
Las volutas de mi imaginación fueron transformando la voz del Polaco en la de Floreal Ruiz cuando en 1944 lo grabó por primera vez con la orquesta de Aníbal Troilo. Tantas versiones, tantas variaciones.
En fin, tantas odiseas e infiernos y un aroma copios perfumaba de naranja el espacio de mi cuarto, con tanta gente hablando, hablando a mi alrededor.
Hay una parte que en la versión de Floreal no se dice. Aquella que comienza con: “…Qué le habrán hecho mis manos…”. Al compás del tango, y de los Homeros y Expósitos, pensé en mi primera novia: ¿Qué le habrán hecho mis manos? ¿Qué le habrán hecho para dejarme en el pecho tanto dolor? Seguramente mi impericia adolescente y mi apuro ante tanto campo de operaciones.
No sé por qué imaginé, pero ella me hizo recordar aquellos versos de José de Maturana, de su poema “Naranjo en Flor”, incluido en su libro homónimo:
“…Virgen romántica de amor:
eres un joven árbol de oro…
¡Eres como un naranjo en flor!
Naranjo en flor de los amores,
naranjo en flor del Ideal,
que has florecido tus blancores
bajo el crepúsculo sentimental…”
Me voy con este pedazo de vida, (en definitiva: “naranjo en flor.”), sin antes decir algunas cosas que creo importantes.
Primero. La película ibero – argentífera, titulada “Naranjo en flor” (2007) nada tiene que ver con la situación descripta. Esta peli es para ver en un avión, con un nostalgioso escocés en las rocas, rumbo a Madrid. Creo que fue editada en Madrid, como “Naranjo en flor” de José de Maturana. Es un policial cuyo único fin es poder considerar a los argentinos de clase media un poco más importantes de lo que son, cosa que los obsesiona.
Segundo. Una calle de Buenos Aires lleva el nombre de José de Maturana, espero que pongan la plantita tan evocadora que me imagino: un naranjo.
Tercero. Quise ser meticulosamente obsesivo en la descripción de mi estado subjetivo. Como dijera Homero (en este caso el Expósito, hermano de etc. etc. – leer desde el principio -): “Es que no quiero que después venga ningún boludo a decirme que hay una coma mal puesta”.

Roberto Liñares
Colaborador
(1955, Buenos Aires) Poeta. Sus obras han sido publicadas en distintas revistas, y formado parte de numerosas antologías. Ha recibido varios premios (Biblioteca Belisario Roldán, Departamento de Extensión Universitaria de la Facultad de Derecho, Club Banco Provincia, Central de los Trabajadores Argentinos, Secretaría de Cultura de la Asociación Bancaria, etc.). Participa en distintos recitales y “performances”.