Por Martín Retrovan.

Mucho se habla hoy día de los proyectos de financiamiento colectivo, numerosas son las plataformas a través de los cuales ofrecerlos al público. Es por ello que nos propusimos elaborar una pequeña lista de puntos básicos para que nuestro proyecto tenga mejores chances.

El crowdfunding es un sistema de financiación colectiva, en el que se busca la participación económica de todas aquellas personas que deseen apoyar un proyecto que alguien haya creado, encontrando de esta forma la financiación necesaria para poder llevarlo a cabo en tu plazo estipulado.
Como compensación por tomar parte en la financiación, los participantes suelen recibir algo relacionado con el propio proyecto, como promocionarles por haberles financiado, regalo de productos y servicios o cualquier otro tipo de compensación relacionada con el propio proyecto.
Normalmente suelen recibirse estas compensaciones, aunque en la idea propia del crowdfunding, se prescinden de ellas.
En alguna de las plataformas que existen de crowdfunding se publica el proyecto determinando en qué consiste, la cantidad de dinero que se necesita y de qué forma se recompensará en el caso de que haya recompensa. Existe un tiempo determinado para obtener esta financiación, en el que tendremos que encargarnos de publicitar el proyecto entre posibles interesados y promotores, redes sociales, nuestro círculo de conocidos, etcétera, para de esta forma conseguir el dinero y que la gente lo conozca.
Una vez haya finalizado el tiempo, en función del tipo de proyecto y de financiación que elegimos anteriormente, si obtenemos todo el dinero necesario, lo recibiremos para comenzar nuestra actividad. Si no llegamos al 100% pero los cooperantes están de acuerdo y es viable, podremos llevarlo adelante; sino, todo el dinero será devuelto.

Uno de los usos más característicos de esta financiación es para la creación de pequeños proyectos empresariales y para financiar a artistas y músicos que están comenzando en su carrera, aunque también comienzan a verse cada vez más proyectos de crowdfunding en mercados como el inmobiliario.

Más allá de todas las críticas que estas formas me merecen, no podemos dejar de negar que actualmente se constituye como alternativa para el acceso a los recursos financieros necesarios para llevar a cabo un proyecto.
En los últimos años han surgido varias plataformas en los cuales podemos lograr (o al menos intentar) que nuestros proyectos sean financiados por personas en lugar de entidades financieras.
Ahora bien, como todo boom de lo que sea, vienen aparejados errores producto decisiones apresuradas y sin previo, (o casi nulo) razonamiento comercial, en este artículo nos proponemos repasar algunos puntos que debemos considerar:

 Establecer un monto objetivo totalmente irreal

Desde que Bacilos lo cantara a principios del 2000 en “Mi Primer Millón”, todo el mundo quiere llegar al suyo, pero para esto hay que tener mucho cuidado con el establecimiento de objetivos extravagantes. Es mejor establecer una meta modesta, alcanzable primero, y luego violentamente excederlo.
Establecer objetivos realistas en nuestro crowdfunding. Es preferible hacer rebalsar un dedal que correr una maratón. Un objetivo alcanzable produce dos efectos: el efecto contagio del logro conseguido y una base inicial sobre la cual repensar el siguiente objetivo.

Obtener el dinero y no entregar el producto

Este es un error del que suelo leer historias muy tremebundas. Vamos, que el dinero no crece en los árboles, hay mucha gente ahí dispuesta a echar una mano real en nuestro proyecto, lo menos que podemos hacer es ser honestos, cumplir en tiempo y forma nuestro compromiso con ellos.  Me sabe mal enterarme de estas cosas, porque la confianza es nuestra unión más firme con nuestros mecenas. Si ellos apoyan y respondemos, lo volverán a hacer.

Establecer un plazo de tiempo equivocado

Las campañas de crowdfunding que más éxito tuvieron son las que lograron grandes sumas de dinero y, también, un gran número de aportantes o mecenas. Trazar un plazo de tiempo adecuado suele ser algo muy difícil de fijar a priori.
Aquí algunas sugerencias:
a) 45 días suele ser el mejor plazo
b) 30 días pasan volando, demasiado diría
c) 60 días es eterno, y contribuye a reducir el estímulo que estos menesteres requieren

No transmitir una idea clara de lo que queremos financiar

Acá hay una regla de oro: si la gente no llega a captar lo que queremos hacer es casi directo que no van a querer financiarlo. Vamos… sentido común. Es importante que la presentación de nuestro proyecto sea clara y directa, dejemos el rodeo de letras para la poesía, acá lo que buscamos es dinero para financiar un proyecto, y la gente es la que lo aportará. Por tanto, tengamos la educación de explicar y contar muy bien lo que vamos a hacer, cómo lo haremos, con quiénes, dónde y qué tiempo nos insumirá.

Pensar globalmente

Dicen que la última frontera es la pantalla de una computadora conectada a Internet; entonces, usemos esto a nuestro favor. Investiguemos aquellos mercados donde nuestro proyecto pueda tener cabida e invitemos a conocerlo a otras personas por fuera de nuestro entorno. Presentar el proyecto en un par de idiomas no viene mal, por más ambicioso que parezca; jamás sabemos qué puede deparar un click del otro lado del monitor. Es muy importante también tener una comunidad de fans o contactos que apoyen la iniciativa para que siendo un producto local consigas la ayuda que necesitas.

Iniciar una campaña anticipada

Las campañas exitosas raramente aparecen de la nada. Pensar en una preparación previa, focalizando en los principales participantes. Se recomienda que los crowdfunders presenten sus productos a las comunidades centrales de 30 a 60 días antes de la fecha oficial de inicio, por lo que las cosas ya están en marcha cuando se inicie oficialmente, de esta manera el público vendrá desde el día uno.

Explicar dos veces, de ser posible tres

Si bien el concepto de crowdfunding  lleva ya un tiempo dando vueltas, no significa que todas las personas a las cuales pretendamos llegar conozcan de qué hablamos. Por lo tanto, es fundamental realizar un trabajo previo para identificar a nuestro público objetivo, e introducirlos en el crowdfunding, si es necesario. Hay numerosos recursos con formato de infografía que podemos utilizar para explicar qué es el financiamiento colectivo.

Abrimos cuando llegamos, cerramos cuando nos vamos

Anteriormente mencionamos los plazos estimados de duración de nuestra campaña, y complementando esto, vale comentar la importancia de definir un microplazo inicial y cómo éste nos dará un termómetro de cómo marchan las cosas apenas presentadas. Sugiero estudiar e identificar el movimiento de las redes sociales en nuestro país,  y también en aquellos países donde queremos “ver qué pasa”, a fin de poder establecer aquellas bandas horarias por día de la semana en las cuales realizar nuestras publicaciones.

Tienes un email

Dá igual el orden de las cosas, no contestar un correo es siempre signo de mala educación, mala gestión, desinterés o todas juntas. Si vamos a iniciar una campaña basada en recaudar dinero, por favor, respondamos cada cosa que se nos consulte, aunque sea mínima, pero respondamos. Podemos crear un apartado de Preguntas Frecuentes y colgarlo a fin de ayudar a nuestros mecenas para orientarlos en dudas corrientes que puedan tener.

Pensar en los detalles

Los mecenas que más aporten, deberán recibir los premios más jugosos, claro que sí. Ahora bien, ¿Por qué no pensar en algún extra para cada grupo de mecenas? De modo que tanto los que aportaron mucho o poco, puedan tener ese extra que a todos nos gustaría recibir.

Sangre, sudor y clicks

Una campaña de crowdfunding  tiene que ser agresiva e intensa, te vas a dejar el aliento desde el minuto uno hasta el final. Creá tantos contenidos como sean necesarios, para así lograr un feedback  que alimente la curiosidad y las ganas de las personas que pasen a ver tu proyecto. Vas a trabajar duro, pero así funcionan las cosas.

Elegí la plataforma adecuada

Hay plataformas que se dedicadas exclusivamente a proyectos culturales, otras a financiación para emprendedores, otras a proyectos musicales, hay de todo. Consultale a alguien que esté realizando una para que te comente su experiencia, seguro que hay una plataforma ideal para tu proyecto. Lo único que tenes que hacer es encontrarla. Para eso, visitate cada una de las plataformas que encuentres y mira bien las condiciones que ofrecen, ponete en contacto con ellos y contale tus dudas, que tipo de asesoramiento te pueden brindar.

Focalizar nuestro objetivo

Si queremos llegar a mucha gente, hagamos una campaña en ese sentido, pero si queremos llegar a un público específico, entonces focalicemos el mensaje pensando en estas cuestiones.
Sólo un cierto tipo de persona está interesada en un producto especial para el cuidado del cuero o la mejora de la calidad del disco de vinilo. Apuntar a los usuarios específicos, no a la población en general puede ser una forma de lograr el objetivo, si es que previamente realizamos el trabajo de investigación para identificar uno u otro segmento.

Promo, Promo y más Promo

Usemos todo lo que esté a nuestro alcance para promocionar nuestra campaña: videos, notas en prensa, showcases para presentarlo, etc. Recordemos que el objetivo es cubrir el 100% del costo de producción de nuestro proyecto.
Nada más motivacional que ver a alguien luchando por lo que cree y haciendo lo que sea por conseguirlo. Personalmente, me inclino más por aquella gente que se deja la piel hasta en el detalle más simple.
Creo mucho en el talento, pero más creo en el trabajo serio y dedicado. Si vas a emprender esta aventura, recordemos algo muy simple pero valioso: todo camino comienza por un primer paso. ¡Mucha suerte!

 

 

Martín Retrovan

Martín Retrovan

Colaborador

Productor musical y gestor cultural. Director de Retrovan Records, productora con la cual trabaja en Argentina y España. Colabora con numerosos artistas, productoras y estudios a ambos lados del Atlántico. Gusta decir que su trabajo es “conectar los puntos en la industria musical”.

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