Por Miguel Martínez Naón.

“La obra reunida de Alberto Szpunberg muestra cómo su poesía se ha desplegado tal un árbol de espléndido follaje y de hallazgos constantes. Este gran poeta logra abrir los lados más oscuros de la palabra que viene del real y él devuelve cargada de belleza y de verdad” Juan Gelman

“He venido a decir que estamos frente a un gran poeta, un lenguaraz de la historia argentina como pocos se han visto, un observador de la vida cotidiana verso tras verso, un comentador de los grandes de la poesía y de la filosofía, y, sobre todo, un lírico sin igual”
Diana Bellesi

Lo llamo por teléfono, necesito verlo para organizar la presentación del Brócoli. O, mejor dicho, de su libro titulado “¿Por qué no hay más bien Brócoli?”

-Bueno Alberto, mañana a las 10 en el Federal entonces?
-Sí sí, macanudo
-Macanudo dijo el mudo!!

Y ahí el tipo se empieza a reír como loco y en vez de despedirnos seguimos la conversa…

Al día siguiente sentados en el Federal, me dice: “Dejarse llevar por la poesía hacia no se sabe dónde…” y revuelve su cafecito.
Casi siempre sucede que el tema principal que tenemos que conversar, el que yo traigo en la agenda, se disuelve, pierde relevancia o lo dejamos para lo último.
Me pregunta si estoy escribiendo, y eso trae a colación otros temitas, comenzamos un largo periplo que abarca historias de viajes, exilio, militancia, la coyuntura nacional, el peronismo, el mar, el barrio, el tango…

“Hay que revisar las ideas, pero no el sentimiento, el sentimiento siempre es el mismo, las ganas de hacer un gran cambio porque si no… se va todo al carajo, ¿no? No sólo acá sino en el mundo entero. Eso hay que incentivarlo, como sea, con masajes, con buenos mates, como sea…”
Y para rematar lo cita al Che: “El revolucionario verdadero está guiado por grandes sentimientos de amor”

Hablamos de sus amigos, los que ya no están: Juan Gelman, Luis Luchi, Paco Urondo…

– Al que más extraño es a Julio…

(¿Cómo será extrañar a un tipo tan enorme como Julio Cortázar a tantos años de su partida?)

Entonces para romper un poco con esa melancolía, le voy sugiriendo el tema Brócoli:

“el brócoli – de brachium, brazo – es una esdrújula verde
que se escurre entre los labios como si fuese a hablar”

Y para hablar del brócoli, hay que mencionar fundamentalmente a su nieta Sofía, que vive en Barcelona y tiene 7 años.

– Ganó los juegos florales en la escuela, con un cuento que se titula “El ratoncito perdió el oficio”
– ¡¡Qué bien!! Salió al abuelo.
– No, ojalá yo salga a ella… Escribe poemas, toca el piano, da conciertos en el subte. Hay una red de conciertos en el metro de Barcelona, en unos espacios grandes, hay un piano, entonces la Municipalidad organiza conciertos para la gente que entra y sale, y ella va cada tanto y da un concierto… ¡¡Tenés que ir Barcelona!!

Cuando la niña vino de visita a Buenos Aires fue la primera inspiradora de este libro, un día mientras la familia cocinaba ella preguntó:

– ¿Quién le puso Brócoli al Brócoli?

El abuelo toma nota, y asocia la pregunta de su nieta con el gran interrogante de Gottfried Wilhelm Leibniz, el filósofo alemán del siglo XVII :

¿Por qué no hay más bien nada?

El libro comienza con estos dos interrogantes (el de Sofía y el de Leibniz) a modo de epígrafe, y cierra con un “¿Por qué no hay más bien Brócoli?” Y esto genera una inquietud constante a través de sus páginas.
Aparece el mismo Liebniz interrogado por el poeta:

En serio Liebniz, “Por qué no hay más bien nada?”
Pero nada de nada, la bruta hosquedad de bien adentro,
Puro sábado de radios lejanas y esquinas desiertas


Nunca el mismo silencio:
– ¿Una mónada de azúcar endulza el universo entero?
– ¿No es nada “más bien nada” el plato del hambriento?

Allí aparece en escena también el personaje del hambriento:

“Soy así”, dice el hambriento, “Más pobre que pobre,
ni siquiera me enseñaron a robar dignamente”

La dulce Sofía es “La iluminada” en este embrollo:

“Sofía parpadea, se duerme y empieza a escribir”

Otros como La Parca y un secretario de dirección aparecen como personajes teatrales.

Cabe destacar que todo el libro está maravillosamente ilustrado por el artista argentino Sergio Kern, quien actualmente reside también en Barcelona.

Y Alberto, este querido poeta en estado de asamblea permanente, me indica que ya es hora de abandonar el café, y volver a casa.
Así lo hacemos mientras me dice:

“Nadie dice voy a escribir poesía y se pone a escribir, esto empieza por una sensación física, corporal, como un chico que nace, ¿no? Llora, pide algo, manotea, y un día termina hablando pero en el habla de ese chico está todo lo anterior contenido.

Como dijo Percy Shelley: La poesía es el centro y la periferia al mismo tiempo”

«¿Por qué no hay más bien Brócoli?» se presenta el 4 de junio a las 18:00 en Venezuela 356, 1° piso, Aula Magna del Instituto Superior Octubre, Centro Cultural “Caras y Caretas”. Para ver el flyer: click aquí.

Miguel Martínez Naón

Miguel Martínez Naón

Colaborador

Escritor y actor, nació durante el exilio de sus padres (ambos argentinos) en la ciudad de Palo Alto, California, Estados Unidos. Vivió su infancia en México y vino al país con el retorno de la democracia, en el 84. Publicó su primer libro de poemas «Estación de Servicio» en el 2012. Actualmente vive en Buenos Aires. Dirije la colección de poesía «Noche Tótem» de Editorial Lamás Médula.

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