Por Sara Eliana Riquelme.
Dante Medina es narrador, poeta y dramaturgo. Reciente ganador del Festival del Monólogo de Tacámbaro, Michoacán, México con su obra Franz Kafka, un mexicano cualquiera: “ … a propósito de bichitos humanos que se nos enredan en nuestros pasos por el mundo”. En esta nota, una entrevista y una mirada sobre su obra.
Su misma trayectoria y la abundante información disponible acerca de Dante Medina eximen de una presentación extensa y formal. En cambio, centrar este espacio en lo que a todos nos convoca sería algo así como –utilizando una remanida metáfora- tocar el cielo con las manos.
Desde Girondo para acá (y también para allá), los masmedulares nos acercamos a la prosa y a los versos con pasión pero con cautela. Aún así, la obra de Dante Medina nos impacta de muchas maneras. Su obra comprende toda la teoría literaria y su negación. Sorprende cómo se vale de los recursos teóricos más ortodoxos para llevar al lector por un camino intertextual y creativo, lo que conforma un bello oxímoron que integra todo lo conocido con todo lo que se puede llegar a conocer en el proceso de lectura. Un ejemplo:
“Otra vez la misma mañana. Aquella mañana, tras un sueño tranquilo, no me desperté convertido en Gregorio Samsa.”
De manera sencilla e ingeniosa se posiciona frente a la intertextualidad que ofrece toda obra literaria. Aquí, Franz Kafka, el más aludido: “Cuando Gregorio Samsa se despertó una mañana después de un sueño intranquilo, se encontró sobre su cama convertido en un monstruoso insecto.”
La mente del lector vuela a todos los personajes conocidos de la cadena literaria que se despiertan con algo extraordinario. La tradicional Bella Durmiente se despierta con el beso del príncipe, ni qué decir del “Cuando desperté, el dinosaurio no estaba allí” que es otro de los famosos despertares literarios maravillosos. Un narrador externo en Kafka, uno protagonista en Monterroso, mientras en el microrrelato de Dante los hechos son narrados por el monstruoso insecto, que ha dormido tranquilamente, como todos los días, tal como lo sugiere el título.
Si los escritores consiguiéramos cuestionar (divirtiendo y hasta alegrando, en mi caso), estaríamos haciendo nuestro trabajo.
Lamás Médula: ¿Usted ha conocido muchos insectos monstruosos que pueden dormir muy tranquilamente, y despertarse así, tan monstruosos como el día anterior?
Dante Medina: Yo vivo con monstruos, rodeado de ellos; pero no me son ni adversos ni huraños. Mis bichitos se visten de colores y no sólo alimentan mi imaginario sino que siembran en él y me dejan cosechar. Me ofrecen las primicias, y sus angustias las resuelven con la valentía de una sonrisa. Lo mejor de todo es que nunca me dejan solo, y eso es muchísimo para bien vivir. Por cierto, y a propósito de bichitos humanos que se nos enredan en nuestros pasos por el mundo, con mi obra de teatro titulada, precisamente, Franz Kafka, un mexicano cualquiera, acabamos de ganar en el Festival del Monólogo de Tacámbaro, Michoacán, México: Mejor Actor, Mejor Director, Mejor Dramaturgo. Así que malos no son mis monstruos kafkianos.
LM: Quizás, entre todos esos insectos, se pueda identificar a aquellos que están al frente de las corporaciones que manejan los servicios, esos servicios que generan su Carta a Dios por no haber podido pagar el recibo de la electricidad.
DM: El dios de la teología tomista y agustianiana me aburre. Prefiero al de la vida cotidiana: uno que se parece a mí, con sentido del humor. ¡Qué verdaderamente genial sería un dios que nos resolviera el dolor de dientes, ir a comprar el pan, hacer que nos amen, pagar nuestro recibo de electricidad, servirnos el whisky, atarnos los cordones de los zapatos, tendernos la cama… En fin, cosas fundamentales de la vida y no esas monsergas de la culpa, el pecado, y el perdón!
Yo vivo con monstruos, rodeado de ellos; pero no me son ni adversos ni huraños. Mis bichitos se visten de colores y no sólo alimentan mi imaginario sino que siembran en él y me dejan cosechar.
LM: Aún a riesgo de que parezca una perogrullada quiero insistir en este concepto: considero a su obra muy literaria, tanto que cuestiona la teoría y avanza sobre ella, dentro de ella. Se han escrito muchas instrucciones para escribir cuentos: Horacio Quiroga con su Decálogo, y el mismísimo Julio Cortázar, con sus repetidas sugerencias y conceptualizaciones sobre el tema, a pedido del periodismo. Me huele a ironía y a parodia su Teoría literaria. Ingredientes para escribir un cuento. Julio Cortázar.
DM: Es ironía y es parodia, y por eso es un pensamiento verdadero y una “receta” útil para escribir un cuento. La prueba: al menos uno, éste, consiguió escribirse con este método, en el curso mismo de su elaboración.
La obra de Dante se presenta profundamente popular. Desde el lenguaje elegido, es accesible a todo lector y hasta los temas tratados –los problemas de la vida cotidiana de la gente común como no poder pagar los servicios, el hombre absorbido por su rutina, como se puede leer en Soy el mismo de siempre, la religiosidad del humano en su relación con el altísimo, como cuando dice Una lavadita no le vendría mal al recuerdo de tu cuerpo en una de sus memorables cartas
LM: Sus Cartas a Dios, a mi entender, lo muestran profundamente respetuoso y creyente y a la vez extremadamente mortificado por los relatos que pueblan la vida de toda la gente cristiana. Mi pregunta: ¿le ha respondido Dios sus cartas?
DM: No. Pero él es así. Está tan preocupado en pesar su propia inexistencia, que no le alcanza el tiempo de la eternidad para responder cartas. De hecho, le escribí sabiendo que no respondería (¿qué argumentos tendría frente al desastre de la Creación que sólo sus cómplices pregonan como perfecta y que los sinceros percibimos como un desastre?), por eso mi libro se titula Cartas a Dios sin acuse de recibo.
LM: ¿Cuál es su opinión respecto de las modificaciones que se han propuesto a las flexiones de género en el español, como por ejemplo, “tod@s”, “todxs”, “todes”?
DM: Me irrita el feminismo excesivo. Soy un admirador de las mujeres. Mi pluma es femenina. Las lenguas tienden a sexificar las palabras; eso ayuda a dar información precisa. No veo falocracia en que “todos los habitantes de la Tierra” abarque a las mujeres; ni veo vaginocracia en que “la humanidad” incluya a los hombres. Con eso juega mi cuento Entre mujeres.
Dios está tan preocupado en pesar su propia inexistencia, que no le alcanza el tiempo de la eternidad para responder cartas.
LM: ¿Qué piensa de la enseñanza de la lectura, y más específicamente de la literatura en las escuelas? ¿Está de acuerdo con la afirmación generalizada de que “los chicos/jóvenes de hoy no leen”?
DM: Los chicos de hoy no leen. Es verdad. Y los grandes tampoco. Hace ya tanto tiempo que se enseña mal a leer que ni los ancianos leen. Si los escritores consiguiéramos cuestionar (divirtiendo y hasta alegrando, en mi caso), estaríamos haciendo nuestro trabajo. El sol sale porque debe salir: si la hermosa vacacionista lo usa para broncearse la piel, sea; si el campesino lo utiliza para que crezca su cultivo, sea también.
Con la obra de Dante Medina me ocurre lo mejor que le puede pasar a un lector: cada lectura es un impulso en la búsqueda de la lectura siguiente. Desde la aplicación exhaustiva de la imagen olfativa desencadenando un poema de original estética en De lo rico que huelen las mamás, mamás que huelen a sencilla vida hogareña; lo no dicho que constituye lo medular del lenguaje poético en Muchacha adolescente 18, el juego con las rimas en ICNOCUÍCATL EN IXTLI y Soneto, ay todos los aspectos de su obra constituyen un oxímoron que une lo medular de la teoría literaria y su negación. Su ironía no es una crítica, es mucho más profundo que eso. Es el cuestionamiento de la teoría a través de la teoría. Su obra no es una crítica: es una propuesta. La ironía de sus cartas no son una crítica: son una denuncia.


Sara Eliana Riquelme
Colaboradora
Docente en el área de Lengua, en el IFD N° 6 de Neuquén. Egresada de la Universidad Nacional del Comahue: Profesorado en Letras, Lic. en Letras, Especialización en Historia Contemporánea. Ha participado en trabajos de investigación en la Fac. de Ciencias de la Educación en la UNComahue y ha dirigido investigaciones en el INFD. Cuenta con publicaciones de libros y artículos en distintos soportes, siempre sobre temas inherentes a la educación en relación con el lenguaje.