Por Carolina Catalano.

Cuando la fotografía supera a la ficción: Darling, el terror contado en blanco y negro

Viernes a la noche y, como cada fin de semana, mi casa está llena de adolescentes. Uno de los placeres tercermundistas (y piratas) que más disfuto, después de exiliarlos al jardín de invierno donde está la compu y sus youtubers, es conectar la notebook a la tele y, según el antojo, la noche puede ir desde bucear por Spotify, normalmente arrancando con un “Honey” o el “Natural Blues” de Moby yendo a parar, punchi punchi, a los Redondos, música de los ochenta, Smashing Pumpkins, cumbia electrónica, Tom Waits o quién sabe adónde; o hacerme una maratón de pelis que ni siquiera se estrenaron y ¡gratis! (placeres tercermundistas si los hay). A veces recaigo en Netflix, cierto, cuando quiero ir a lo seguro y no estoy preparada para las exploraciones y las sorpresas (y/o estoy cansada de hacer click en la crucecita para cerrar el millón de ventanitas para hacerme millonaria, conocer chicas en mi área, bajar algún software que va a convertir mi note en un avión, etcétera, etcétera y etcétera)

Hay noches de hallazgos tremendos y definitivos. Ese viernes conecté la compu, me metí en ESA página -que lamentablemente no puedo compartir con ustedes porque quiero que siga online por el resto de la eternidad- y entre mis géneros favoritos, el terror, que admito a mucha honra -a pesar de la cara de desconfianza con que ustedes están empezando a leer esta nota en este preciso momento, por lo poco culto, por el prejuicio de lo infantoadolescente con que se mira el género- me llamó fotográficamente la atención la carátula de Darling. Les puedo adelantar que cumplió mis expectativas con creces.

Si Psicosis se hubiera estrenado en el 2015, sería Darling. Si El Resplandor se hubiera estrenado en el 2015, sería Darling.

Me gusta el arte (sí, suena a eso), me gusta el cine, me gusta la fotografía, me gustan las películas de terror. Todo, TODO eso estaba ahí, en una película. Si Psicosis se hubiera estrenado en el 2015, sería Darling. Si El Resplandor se hubiera estrenado en el 2015, sería Darling. También tiene de algo de Polanski. Pero vista desde después, esta película no es un plagio ni un homenaje. Se convierte en un discurso totalmente nuevo con su fotografía en blanco y negro, simple y hermosa, con ángulos precisos, narrando la locura desde la elocuencia de lo mínimo: la música de Giona Ostinelli , pocos sonidos y los gestos de la protagonista. Desde el terror del espejo y la alucinación. Contando lo peligrosa que es a veces la soledad y el aislamiento. Un relato fotográfico casi sin diálogos e interlocutores, donde Lauren Ashley Carter, la única protagonista de la película, con una actuación increíble, se roba todas las miradas y llena de vértigo cada uno de los minutos del largometraje.

Se convierte en un discurso totalmente nuevo con su fotografía en blanco y negro, con ángulos precisos, narrando la locura desde la elocuencia de lo mínimo.

La tensión de la película escrita y dirigida por Mickey Keating, que fue rodada en 12 días, se centra en una joven que toma el trabajo de cuidar una enorme mansión de Nueva York con una oscura historia. Aburrida y aislada por largos períodos de tiempo, Lauren Ashley Carter comienza a confundir la realidad con sus pensamientos .

Un cine extraño e hipnótico, exquisito, para gente rara que disfruta del terror psicológico y tiene la necesidad de sorprenderse y escaparse de las recetas de Hollywood y de la tragedia del terror español, que los invito a probar.

Darling 2015
Carolina Catalano

Carolina Catalano

Colaboradora

Vivo en La Cumbre, Sierras de Córdoba. Soy una observadora curiosa y atenta del mundo que me rodea y una disfrutadora esperanzada de la vida y de las cosas. Soy muchas y en simultáneo, soy bioquímica, cantante de blues y jazz, guitarrista, fotógrafa, música y poeta. Actualmente dirijo con mi socia la Escuela de Música y Artes “El Árbol”, aquí en La Cumbre. Mi blog: www.animalpoetico.blogspot.com

Share This