Por Marina Cavalletti.
El 97% por ciento de las mujeres sufrió alguna vez una situación de violencia por su género. En esta nota, se rescatan algunos versos de autoras de Salta que, conmovidas, versificaron casi en formato de manifiesto.
El 97% por ciento de las mujeres sufrió alguna vez una situación de violencia por su género. A modo personal, puedo decir que, bajo el dominio del patriarcado, otra mujer me dijo: “Si te vestís muy provocativa te van a violar”. Que un jefe, cuando yo aún era virgen, insistía obsesionado con contratarme un taxi boy. Incluso, un hombre al que veía afirmó una vez: “Me hubiera gustado ejercer violencia de género con vos”. Todos ellos se decían feministas activos.
Por supuesto, escenas como ésta ocurren a diario. Pero hoy las mujeres decimos basta. Por Lucía Pérez, por Érica Soriano, por Marita Verón, por la mujer drogada y violada por más de una treintena de hombres en Brasil. Por Magalí, de apenas 12 años, que angustiada dijo “me violaron todos”.
Alzando la voz por ellas y por cada una, todos marchamos el 8 y las paredes se empapelaron de poesía. Y más allá de lo que se leyó en los muros de una huelga internacional sin precedentes, rescato aquí algunos versos de autoras de Salta que, conmovidas, versificaron casi en formato de manifiesto.
Gritos desde el Norte
Fernanda Álvarez Chamale nació en 1980, es docente e investigadora en la Universidad Nacional de Salta. Licenciada en Letras y Especialista en Ciencias Sociales, en el ámbito académico sus temas de interés se vinculan con la Lingüística y la Sociología de la Lectura y la Escritura.
Convencida de los reclamos que engloban la proclama #NiUnaMenos , escribió en 2015 un poema contundente incluido en el libro Biomas, de 2016, publicado por Larvas Marcianas, sello de Santiago del Estero.
ellas
un día te quitás el nombre
hoy me llamo andrea pilar del valle.
o luján o yanina o cintia o rebeca o maría silvia o daiana
o gabriela o tamara micaela o noelia o priscila
o melina o celene o serena o marcela
son demasiado 277 nombres registrados
para una estadística de asesinatos sexistas,
muchas mujeres echadas contra la pared de la cobardía,
golpeadas, maniatadas, violadas, perseguidas,
abortadas clandestinamente,
atrapadas en la sordera de la amenaza,
acuchilladas por sus ex, sus novios, sus nadas,
enterradas vivas bajo la cal, bajo la impunidad en la denuncia burocrática,
asesinadas,
asesinadas,
asesinadas,
asesinadas,
son demasiado 277 nombres
y los que todavía no aparecen
para que quitarme el mío sea algo importante,
pero me lo quito igual, como quien se despelleja
sobre la estatua de tu inerte libertad,
sobre la inconsistencia de tus reclamos de enjuague mentolado,
sobre las ventanas espías de tus juicios de valor sobre los valores,
sobre las pantallas de tu vida –la tele, la compu, el celu-:
obscenas cucarachas
suben por tus mangas,
te acarician el cuello,
te cuentan secretos, te distraen y te masturban
ya hay nombres estrangulándote por dentro.
Las estrofas de Chamale refieren al borramiento de la identidad de una, de cientos, de miles y millones de mujeres, con nombres en minúscula, anónimos. Presenta cifras y las vuelve crudas, reales. Enumera las formas de la violencia, denota el concepto delirante y machista de la mujer como propiedad privada del hombre, como objeto publicitario de placer, víctimas del sometimiento y la pérdida de libertad.
Dónde estábamos
La centralidad que rige nuestro país hace que ciertas noticias del mal llamado «interior» aparezcan, con suerte, en recuadros diminutos dentro de los diarios porteños. Así, un femicidio que sacudió a Salta, tal vez se convierta en un caso más. Pero sabemos bien que ninguna es “una más”. Una somos todas, y deberíamos ser también todos. Edith Andrea Neri es una adolescente de 18 años, asesinada por su pareja, privado de su libertad por un anterior femicidio, en la cárcel de Villa Las Rosas, el 5 de enero de 2017, durante la visita íntima y con la hija de ambos en los brazos de la muchacha.
Teresa Leonardi Herrán es una poeta salteña, profesora de Filosofía. Nació en 1938 e integró la comisión de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos y tuvo una amplia militancia en la izquierda local. Su obra poética ha sido reconocida con diversos premios y menciones. Sensible y comprometida, la creadora, de casi ocho décadas, reflexionó -más allá de las noticias policiales- sobre este hecho lamentable.
Edith Andrea Neri
Edith Andrea Neri
dónde estábamos cuando te asesinaron
en qué espesa niebla nos movemos
indiferentes a la lepra del dolor
que fuimos sembrando
Cómplices de este crimen
somos las “almas bellas” de este tiempo:
fundamentalistas de la democracia
usureros sin convicciones
adoradores de la despasión
Hemos dejado que la TV amamante
con su abundante leche de estupidez y cinismo
muchedumbres de jóvenes y viejos
mientras los amos del mundo recitan su Quevedo
“poderoso caballero es don Dinero”
Edith Andrea
donde estábamos cuando te enseñamos
que tu único horizonte de niña pobre
era amar y engendrar
Perdidos en nuestros juegos de máscaras
en nuestra retórica de borrachos
empantanados en hábitos consumistas
y en la excelsa civilización occidental
somos los buenos alumnos de esta época impiadosa
Adentro y afuera de esta casa Usher todo cruje
Pero en las ruinas siguen resplandeciendo
las viejas escrituras
cuando cumple 100 años la flor roja de octubre
y nos urge la hora de su renacer
Herrán utiliza un nosotros inclusivo, nos nombra cómplices, fundamentalistas, hijos de lo material, alumnos en lo impío. Y cierra su poema con la necesidad de un renacimiento, de reposicionarnos. Y aunque la efectividad de las tradiciones más retrógradas pareciera implacable, la mujer y con ella gran parte de la sociedad, vuelve a pensarse lejos de que la igualdad sea una entelequia. La poesía, como puente continuo, se hace eco de lo que pasa, también en Salta. Claro, la idea es que nunca más necesitemos un poema para hablar de esto.

Marina Cavalletti
Colaboradora
Es Magíster en Escritura Creativa por la UNTREF, profesora de castellano, Literatura y Latín y Técnica profesional en música. Además, es corresponsal de El Tribuno de Salta desde 2005. Colabora con medios independientes como periodista y correctora. Dio clases en la UBA, “El Alicia” y el IUNA. Es profesora en la UNDAV. También es compositora y poeta. Ama la radio y el folklore. Desde junio coordina el ciclo “Brote poético”.