Por Nahuel Difalco.
Fotografías por Gisele Guala.

En entrevista exclusiva para Lamás Médula, Rita Cortese nos habla de cómo concibe al arte y la política, habla del tango y del rock, del cine y del teatro. Los invitamos a leerla.

Llegamos hasta un antiguo edificio del barrio de San Telmo. La actriz y cantante, que actualmente está presentando Canciones Bárbaras junto a Cristina Banegas en el Torquato Tasso, invita al equipo de Lamás Médula a sentarnos en su living del segundo piso. Frente a la ventana a la calle, rodeados de libros, comienza la charla.

Lamás Médula: Te quería preguntar por tu lado artístico relacionado al tango, más que el relacionado a la actriz; justamente porque actualmente estas trabajando con Cristina Banegas. Pero, siendo cantante, y siendo actriz, ¿Cómo te llevas con esa dualidad? Más que nada a la hora de elegir proyectos… ¿o para vos esa dualidad no existe? 

Rita Cortese: No solamente que no existe esa dualidad, sino que en los años 40, en 30 o 20, casi todas las actrices argentinas cantaban. Pero cantaban porque lo que se escuchaba en las radios era solamente música popular argentina. Cuando ocurre la primera y, principalmente, la Segunda Guerra Mundial, empieza la famosa transculturalización. Entonces empieza la filtración permanente de la música y se va dejando de lado nuestra música popular. Entonces, las radios transmiten grupos americanos, grupos ingleses, (que bienvenidos sean, ¿no?, pero mientras no ocupen todo el espacio). Hoy llamativamente, en el año 2017, si vos te fijas, de tres o cuatro propagandas como la de cerveza, si hay algo argentino, es la cerveza… Dice taste it por ejemplo. Todas las propagandas, cuatro de cinco, son en inglés. Eos lleva a que, de a poco vayas perdiendo la palabra, vayas perdiendo el poder; se va perdiendo el paisaje, el idioma y entonces la gente deja de cantar. Por eso en España todo el mundo canta. Se canta muchísimo porque no hubo una transculturalización tan importante como la que hubo acá; que recuperamos nuestro idioma en este tiempo, en el último proyecto del kirchnerismo y que ahora otra vez claramente se está perdiendo. Hay programas de televisión donde los grupos que tocan ahí en vivo, cantan en inglés.

LM: Algo que viene sucediendo desde hace unos años, a partir de la muerte del Luis Alberto Spinetta… Cada 23 de enero se celebra el Día del Músico Argentino, en honor a su nacimiento. En su momento cuando el Senado lo estableció, mucha gente se quejó diciendo que Spinetta no representaba al músico argentino por ser un músico “de rock”, y no que sea uno de folclore o de tango. ¿Te parece bien que sea así?

RC: Si, porque el Tango en realidad es la música ciudadana, es de la Capital. Tampoco es la música nacional argentina. Claro que es un exponente que han atravesado los grandes poetas nacionales y populares, en el tango y en el rock. Si hay algo parecido como fenómeno es el rock y el tango. El tango tiene mucho de rock, ¡muchísimo! Del rock que ya no existe, porque lo que hay ahora es pop. Después de Pappo, ya…

LM: En una entrevista de Página 12 decís “este es un momento de grandes pasiones. No es un momento para defender posturas livianamente” y de no aliarse con aquellos que son fríos. Para elegir un compañero, ¿necesariamente el otro tiene que compartir las pasiones de uno?

RC: En realidad, sobre aliarse… creo que hay que aliarse con todo el mundo. Uno tiene que estar y encontrarse con la gente. Lo que sí creo es que no son tiempos fáciles. Son tiempos muy difíciles dónde la gente tiene que ser valiente. Y un compañero es distinto, porque es alguien que camina con y al lado de uno. Uno puede caminar al lado de gente que piensa distinto, pero que piensa, no que está vendido a un pensamiento. Hay artistas que no necesariamente tienen la ideología que tengo yo. A mí me interesa y me interesó, acompañé y acompaño al proyecto kirchnerista. Y Cristina Fernández me parece una de las más grandes estadistas de los últimos 50 años. Y yo he vivido una época de felicidad que nunca pensé que podía llegar a atravesar en el ámbito cultural y político en Argentina. Esa alegría se ha perdido… por lo menos para mí, y para muchos otros. Y bueno, hay mucho dolor, mucha falta de trabajo, hay un retroceso enorme en Argentina desde lo cultural, lo económico. Nadie está mejor, solamente la gente más potente económicamente. Pero el trabajador no está mejor, y esto no es una postura ideológica, es la verdad de rigor histórico. Realmente se vivió de una manera hasta diciembre de 2015, y de otra manera a partir de ahí.

Los premios pertenecen al mundo del espectáculo, de la industria. Nadie premia al arte, porque el arte te provoca inquietud, te provoca preguntas y no te da ninguna conclusión.

LM: ¿Y cuál es tu pronóstico? ¿Cuál crees que es la mejor manera de encarar el futuro?

RC: Mirá, yo pertenezco al Instituto Patria. Es un instituto de pensamiento, acción y trabajo para la unión latinoamericana, en la parte cultural. También pertenezco al grupo de Artistas por la Libertad con otros compañeros. Esos son lugares que te protegen, porque uno sale desde ese lugar. En un momento en donde tenemos que pensar mucho y profundizar nuestra fortaleza, pensar en nuestras debilidades…

 

LM: ¿Te tocó como artista padecer por tu pensamiento político? Como le ha pasado a algunos músicos, como por ejemplo Peteco Carabajal, que los han dejado de llamar en algunos festivales por su perfil ideológico…

RC: Yo personalmente no puedo decir que me haya pasado eso (hasta ahora). Soy una afortunada, también es verdad. Pero he rechazado proyectos porque, por ejemplo, concretamente rechacé una película porque tenía una gran violencia. Y estaba puesta toda esa violencia y oscuridad en dos puntos: en lo femenino y en los despojados. Y yo de esa estigmatización me quiero correr, porque no me parece justo. Esta cosa de pensar que los narcotraficantes son los que están en las villas y en los barrios marginados. La verdad… una mentira absoluta.

LM: ¿Por eso el nombre del espectáculo con Cristina Banegas?

RC: ¿El nombre de Canciones Bárbaras? Sí, porque lo bárbaro es lo no aceptado, es como el arrabal. El negro es bárbaro, Milagro Sala es bárbara, el que ama demasiado, es bárbaro. El que no anda por la sombra en el verano o el sol en el invierno, es bárbaro…

LM: ¿Crees que al argentino “le toca” todavía esto de tener miedo que se lo considere como un bárbaro ante los ojos del mundo? “Bárbaro “como la diferenciación que hacía Sarmiento entre Civilización y Barbarie.

RC: No tengo ninguna duda. El argentino se identifica con lo que supone que no es un bárbaro. Los primeros discriminadores de morochos de ojos negros, somos los argentinos: el “cabecita negra” que decía Evita, es así. Mirá, es interesante esto… El socialismo era profundamente antiperonista (y sigue siéndolo). Y uno dice “¿y por qué?”. Porque el Socialismo en aquellos tiempos venía de Europa, y el peronismo no. El peronismo es un movimiento profundamente nacional y justamente es el que forma clase media en la República Argentina, y el que hace la diferencia con el resto de Latinoamérica. Esta es la realidad, porque todos los derechos que puso en blanco y que eran leyes promovidas por el socialismo, cuando el peronismo estuvo en el poder, los puso ahí.

LM: ¿Y por qué la antipatía entonces, si comparten básicamente los mismos pensamientos?

RC: Se comparte y no. La misma gente, el mismo inmigrante argentino, empezó a ver al santiagueño, o al tucumano, o al tipo de la provincia, como el vago, o el borracho. Solamente eran probos los españoles, los italianos, o los polaquitos. “Siempre fue muy trabajador el polaco, viste”. Pero el morocho, no. Y la discriminación existe aún hoy, en nosotros. Acá en la Capital Federal se ve muchísimo eso…

He rechazado proyectos porque tenían una gran violencia, en lo femenino y en los despojados. Y yo de esa estigmatización me quiero correr, porque no me parece justo.

LM: ¿Y sobre el otro punto de la película, que es referido a lo femenino? También en relación a este miedo a lo bárbaro… ¿Crees que todas las cosas por las que lucha hoy la mujer, el Ni una menos, los derechos por la igualdad de género, o lo que pasó con la chicas en la playa y que generó el Tetazo en el Obelisco; tienen que ver con una cuestión argentina machista, por esto mismo de que no lo consideren bárbaro?

RT: El mundo es machista. Fijate la cantidad de presidentes hombres y de presidentes mujeres, o lo que pasa en el Parlamento. Va evolucionando muy lentamente y muy duramente. La Argentina es profundamente machista. El machismo no está en los hombres solamente, también está en las mujeres. Muchísimas mujeres madres lo son, y forman hijos varones machistas.

LM: ¿Encontrás un poco de esto en lo que ha pasado con Milagro Sala, la violencia contra la canciller de Venezuela, el golpe de Estado a Dilma Rousseff, o con la figura de Cristina Kirchner?

RC: Fundamentalmente con Cristina. Yo no he escuchado jamás que se le haya dicho a ningún político, por más tremendo que haya sido, las cosas que se le han dicho y se le siguen diciendo a Cristina. La falta de respeto que han tenido con la investidura presidencial, yo no la he visto. Cuando Eva Perón murió yo tenía 3 años, así que no pude vivir esa época. A esa etapa del peronismo la viví muy tangencialmente, pero creo que esta época es un revivir de aquella. Lo quieren proscribir al Frente para la Victoria. Pareciera que Cristina es pasible absolutamente de todos los pecados. Decía “buen día” a la una y cuarto, y ya la corregían de cómo decía “buen día” a la una y cuarto. Cosas que vos decís “¡pero por favor!” En este caso, ojo, no es solo de género. También sucede porque es una mujer que estaba llevando a la Argentina a un lugar de evolución realmente muy importante.

LM: Pero en esta balanza que tiene el argentino entre lo que es bárbaro y lo que no, con estas cuestiones de género y de clase como sucede con el peronismo, ¿si Cristina no hubiese formado parte del peronismo, y hubiese formado parte de alguna otra corriente política, como Cambiemos, crees que hubiese recibido todos los ataques que recibió?

RC: No, porque no hubiese provocado los cambios que molestan tanto a las clases dominantes. Cambiemos por ejemplo, no provoca ningún cambio a las clases dominantes, porque pertenece a las clases dominantes. Nos molestan a nosotros, molestan a los trabajadores, a los maestros. Cristina lo que genera es la virulencia de un cambio profundo cultural.

¿Quién es un artista? Quien tiene un punto de vista sobre cómo contar el amor, la muerte, la vida. Los temas son siempre los mismos.

 

LM: Y volviendo al tango… ¿la situación social puede hacer que un hecho artístico florezca? ¿Es el tango como el punk?

RC: Todas las artes no florecen en épocas tranquilas, sino en épocas de crisis. Porque el arte es profundamente ideológico, no existe el arte sin ideología. Porque la ideología se trata de cómo querés vivir, y qué mundo querés. Eso es lo ideológico (no lo partidario, porque lo partidario es otra cosa). Todo hecho en la vida tiene ideología, hasta cómo vos te manejas cotidianamente es ideológico. Si respeto a mi vecino lo es, por más de que sea peronista, de izquierda, o de derecha; no importa. Es tu ideología de qué mundo querés, o de cómo querés morir. Eso es cultural, y esa es la cultura.

LM: Esta pregunta viene más para la Rita actriz… ¿Y todo lo cultural que sucede hoy con las series, las películas de Hollywood, como lo ves como actriz del cine argentino? De hacer una película como en su momento fue Comodines.

RC: Si, o Relatos Salvajes. No veo por qué vas a renegar de una industria. La cultura no tiene que ver solamente con las Bellas Artes, porque ellas son solo una parte de la expresión cultural. Hablando de las Bellas Artes, me parece que lo que justamente hay que hacer es romper las fronteras. Porque los temas son siempre los mismos. ¿Quién es un artista? Quien tiene un punto de vista sobre cómo contar el amor, la muerte, la vida. Los temas, si vos te pones a pensar en las grandes historias y autores, son siempre los mismos: el poder, la vida, la muerte, el amor…

LM: Eso decía Borges, que hay solo cuatro o cinco temas universales…

RC: Pero claro, no porque lo haya dicho Borges, porque si te pones a ver, te vas a dar cuenta que realmente es así. Ahora, cómo contás el amor, cómo contás la vida o como contás la muerte. Eso es el arte, el punto de vista con el que vos contás los temas. Pero los temas son más o menos los mismos.

Las artes no florecen en épocas tranquilas, sino en épocas de crisis. El arte es profundamente ideológico, no existe el arte sin ideología.

LM: ¿Y en lo personal, como te tomás el reconocimiento? Ganaste un premio Gardel con tu disco Amor, ese loco berretín; todo el revuelo que causó Relatos Salvajes… ¿Cómo lo vivís? ¿Te importa y crees que es necesario el reconocimiento para un artista?

RC: Yo personalmente creo en el arte, pertenezco a ese mundo y es donde soy feliz. No en el mundo del espectáculo. Ese mundo tiene unos parámetros que tienen que ver con la producción. Yo soy feliz en el mundo del arte, toco el mundo del espectáculo inevitablemente. Pero soy muy feliz haciendo Canciones bárbaras. Me hago cargo de mi vulgaridad, y no de la vulgaridad de los demás. Y el reconocimiento siempre es lindo, siempre a uno le gusta que lo reconozcan. Los premios son otra cosa, porque pertenecen al mundo del espectáculo. Pertenecen a la industria. Nadie premia al arte, porque el arte te provoca inquietud, te provoca preguntas y no te da ninguna conclusión. Se premia lo que está cerrado en general, lo que ya está, y concluyó. Casi te diría que se premia más la muerte, que la vida.

LM: Por último…¿Cuál es tu deseo de acá en más? ¿Qué tenés ganas de hacer?

RC: Tengo ganas de dirigir, tengo el proyecto de una obra de Thomas Bernhard, un autor austríaco. Pero es algo que está muy, muy, todavía en mi corazón. También poder seguir cantando, seguir trabajando, siendo feliz, y libre.

Nahuel Difalco

Nahuel Difalco

Colaborador

(Baradero, 1987) Nahuel Difalco es periodista y profesor de literatura.Trabajó en radio, magazines y como profesor. Actualmente reside en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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