Por Pablo Campos.
Leopoldo Marechal, poeta, exponente de la generación del 22, miembro de la revista Martín Fierro, integrante del grupo de Florida, es imposible no incluirlo en el selecto grupo de vanguardistas que floreció en aquel primer cuarto de siglo.
Siendo un joven escritor reconocido en el ambiente cultural de la época (ambiente elitista en todo sentido) poco antes de los 30 años tuvo el clásico viaje de formación intelectual a Europa que supo aprovechar para codearse con artistas de la época, estudioso y gran conocedor de la doctrina cristiana (a la cual adhirió desde una fe ideológica y filosófica). Marechal hasta entonces era lo que se diría un poeta dentro de los parámetros de“civilización” porteña, civilización con faro eurocéntrico.
Cercano al nacionalismo católico, se formó en los Cursos de Cultura Católica con Cesar E. Pico, en donde conoció entre otros a Marcelo Sánchez Sorondo. No faltaron las malas lenguas que lo tildaron de fascistas por estas amistades. Pero Marechal en el “Poeta depuesto” desliza una crítica al nacionalismo en su falta de conocimiento de “lo popular”, y al mismo tiempo afirmar que el 17 de octubre fue una revolución popular.
Para Marechal en lo popular está el pueblo, y en el pueblo está la patria:
4
La Patria era una niña de voz y pies desnudos.
Yo la vi talonear los caballos frisones
en tiempo de labranza;
o dirigir los carros graciosos del estío,
con las piernas al sol y el idioma en el aire.
(Los hombres de mi estirpe no la vieron:
sus ojos de aritmética buscaban
el tamaño y el peso de la fruta.)5
La Patria era un retozo de niñez
en el Sur aventado, en la llanura
tamborileante de ganaderías.
Yo la vi junto al fuego de las yerras:
¡estampaba su risa en los novillos!
O junto al universo de los esquiladores,
cosechando el vellón en las ovejas
y la copla en las dulces guitarras de setiembre.
(No la vieron los hombres de mi clan:
sus ojos verticales se perdían
en las cotizaciones del Mercado de Lanas). 1
Esta idea en donde expresa que su “clan” u “hombres de su estirpe” se verá presente en sus escritos e ideas, señalando a aquellos que le dieron la espalda, no solo a él, sino a esa patria “popular” que desplazaba la hasta entonces patria elitista, la argentina del Centenario.
Con la llegada de Perón entra en disputa, dialéctica y tangible, y tambalea el paradigma vigente de civilización, en donde las fuerzas que ejercen el país se invierten. Para sorpresa de aquel mundo intelectual, pequeño, porteño, y con miras a Europa, Leolpoldo Marechal abraza al peronismo desde un primer momento. Para muchos, desde entonces se convierte en un paria, un traidor. Lo interesante es ver en su obra que nunca reniega de sus orígenes, para él es un camino lógico desde su nacionalismo católico abrazar al justicialismo. Ve un punto de encuentro entre su fe cristiana y las banderas de justicia social que levanta Perón. Me animaría a plantear que, en la literatura argentina, Marechal es la ruptura del paradigma civilizatorio, en su persona se rompe esa división insalvable de civilización o barbarie sobre la que se había intentado hasta entonces crear una nación, forjar una patria. Y ese fue su mayor pecado que nunca supieron perdonarle sus “amigos”.Él explica muy bien las sensaciones de exclusión que vivió desde entonces en “El poeta depuesto” 2 escrito en 1963:
“1°, la barbarie que Sarmiento denunciara en las clases populares de su época se había trasladado paradójicamente a la clase intelectual de hoy, ya que sólo bárbaros (¡oh, muy lujoso!) podían excluir de su comunidad a un poeta que hasta entonces llamaban hermano, por el solo delito de haber seguido tres banderas que creyó y cree inalienable…”
Paréntesis de por medio, me pregunto hasta qué punto, la barbarie en realidad siempre estuvo del mismo lado, inamovible junto a las clases oligarcas, defendiendo los paradigmas eurocéntricos, y contra las clases populares, cierro paréntesis.
En 1955 con la caída del peronismo, Marechal termina de desaparecer de la escena literaria, la cultura “libertadora” se toma revancha y lo olvida con saña, ingresando en un destierro interno en su propia patria. Como él mismo se define se convierte desde entonces en el poeta depuesto. Entra en un período de ostracismo, hasta ser buscado y valorizado casi 10 años después, entrados los sesenta. Una nueva promoción de jóvenes, obnubilados por la reciente revolución cubana, en un contexto de liberación intelectual, viviendo en un país donde las clases populares están proscriptas desde 1955, jóvenes que desprecian las catedrales de la época, como Revista Sur, los suplementos de La Nación o la dirección de la SADE.
Roberto Santoro, integrante y fundador de la revista Barrilete, comienza una peregrinación por su obra, hasta que en octubre un grupo de poetas liderados por Santoro se entrevistan con Marechal. La entrevista sale publicada en el número doble 9/10 en octubre de 1964. Cinco preguntas donde se refleja de una forma concisa, y a pesar de su ostracismo, su posición y análisis agudo y actual del momento que vive la literatura argentina. Una entrevista lamentablemente muy poco difundida pero que engloba una línea de pensamiento que nos ayuda en la búsqueda y comprensión del posicionamiento que Marechal toma.
Vale la pena trascribir su respuesta a la pregunta: ¿Hay correspondencia entre la realidad del país y sus escritores? “Hay escritores que han “tomado conciencia” de su país y su pueblo, y lo expresan. Existen otros que no han llegado a esa conciencia, y son los inquilinos de “torres de marfil”. Otros hay que tienen conciencia de su país, y lo callan, y son sinvergüenzas.» 3 Acompañando a las masas que se dirigirán a la Plaza de Mayo un 17 de octubre de 1945 elije un camino, toma conciencia, baja de las torres de marfil y (consiente o no) desde esa fecha se para en la vereda de enfrente de los sinvengüenzas. Recordando aquella jornada diría: “Era la Argentina invisible que algunos habían anunciado literariamente, sin conocer ni amar sus millones de caras concretas, y que no bien las conocieron les dieron la espalda. Desde aquellas horas me hice peronista”4. Me animaría a afirmar que Marechal sabía que él no era parte de ese pueblo que inundaba la ciudad en defensa del líder, de aquel que los supo mirar de igual a igual y representó su derechos y reivindicaciones, pero al mismo tiempo sabía que su lugar como poeta era estar junto a ellos y darles voz adonde no la tuvieran.
Desde ese día dejó la torre de marfil y abrazó al peronismo con fe, pero sin sectarismo. Es sabido que ha tenido sus críticas al movimiento, pero siempre, y hasta su muerte se mantuvo esperanzado en las tres grandes banderas del movimiento: la soberanía de la Nación, su independencia económica y su Justicia Social. Sus compañeros de entonces nunca lo entendieron y lo excluyeron de la comunidad intelectual. Pero ¿cuál fue la relación que se da entonces entre Perón y esa entidad “popular” que vio Marechal? Será como él dice: “Los pueblos, en su íntima sustancialidad, han encarnado siempre y encarnarán un líder”.5
Marechal se autobautizó como el poeta depuesto, pero también le valdría el título del intelectual depuesto. Hoy deberíamos ver su obra de una forma complementaria, a su poesía y sus novelas, también dejo una serie de ensayos y escritos donde volcó su pensamiento, su visión del hombre y su comprensión sobre el movimiento peronista. Fue un artista de fe, pero su fe no era simplemente espiritual, sino profundamente ideológica y racional. Él mismo se definió en sus últimos años como un cristiano viejo, antiguo justicialista y de tercera posición 6.
* Trabajo presentado el 14 de agosto del 2015, en el Homenaje a Leopoldo Marechal organizado por Poetas Peronistas en el Bar del PJ, CABA.
Notas al pie
1 Fragmento del poeta “Descubrimiento de la patria” Leopoldo Marechal
2 El poeta depuesto. Leopoldo Marechal. Pagina12. Buenos Aires, 27 de julio de 2008
3 Revista Barrilete No 9/10. Buenos Aires, oct-dic 1964
4 Extraído del libro “La jornada del 17 de octubre” compilado por Fermín Chávez”.
5 El poeta depuesto. Leopoldo Marechal. Pagina12. Buenos Aires, 27 de julio de 2008
6 “La Isla de Fidel”.,LeopoldoMarechal. en Cuba por argentinos. AAVV. Editorial Merlin. Buenos Aires, 1968.
Bibliografía
– Poesía y poetas del 60: una generación sepultada. Prologo en El 60 poesía blindada. Buenos Aires, Libros Gente del Sur, 1990.
– 45 años sin Marechal, el gran poeta depuesto argentino. Nicolás Mavrakis. Buenos Aires. Tiempo Argentino. 28 de junio de 2015
Marechal el alegato. Guillermo Saccomano. Página/12. Buenos Aires. 29 de julio de 2008.
– El poeta depuesto. Leopoldo Marechal. Página/12. Buenos Aires. 27 de julio de 2008.
– Revista Barrilete No 9/10. Buenos Aires, oct-dic 1964.
– El Peronismo en la obra de Leopoldo Marechal. Revista PERONISTAS No 5. Graciela Maturo. La Plata, 2014.
– Leopoldo Marechal – http://www.elortiba.org/marechal.html
– Cuba por argentinos. AAVV. Editorial Merlin, Buenos Aires, 1968.
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