Por Pablo Campos.
Ayer a la noche me llego el aviso menos querido, y pase la noche leyendo tus libros, recordando nuestras charlas. Abrazándote en el silencio.
Rafael Vásquez nació el 11 de octubre de 1930 en Buenos Aires. En los 60 junto a un grupo de jóvenes poetas formo parte de la Revista Barrilete, fundada por su amigo Roberto Santoro. Pocos lo saben, pero Rafael fue el integrante que mas años formo parte de Barrilete. Su casa en democracia fue destino de todos aquellos que seguían los pasos de una revista silenciada por la dictadura. Rafaél contaba con un archivo único sobre Barrilete.
A Rafael lo conocí hace unos 10 años aproximadamente. El encuentro con algunos números de Barrilete y de los libros de Roberto Santoro en la biblioteca de mi abuelo me llevo a tocar varias puerta. Horacio Salas, Marcos SIlber, Carlos Patiño, Daniel Barros, y Rafael Vásquez. Desde entonces esa puerta siempre estuvo abierta. Su generosidad en abrir su archivo personal, en responder todas las preguntas, en recordar a quienes no sobrevivieron.
Rafael nunca dejo de escribir, la poesía fue su modo de vida, de respirar, de comer, de hablar, de luchar. Siempre la considere una poesía con huella, propia, una poesía en tono personal, una mirada de la vida.
Elijo tres libros, tres huellas que me dejaste.
Allá por el 2003, publicabas por esa hermosa y recordada editorial Libros de Tierra Firme, INFORME SOBRE SANTORO. Libro precursor, una guía para entrar a la obra de aquel amigo y poeta desaparecido. Los sesenta fue durante muchos años una generación ninguneada, olvidada. Y ese libro que tengo en mis manos, fue el puntapié no solo del reconocimiento a Roberto Santoro, sino a toda una generación que puso su poesía al servicio de un ideal, y sufrió persecuciones, amenazas y muertes.
En el 2007 por la misma editorial recopilabas una selección de poemas bajo el título de ESE SITIO SIN PAZ DE LA MEMORIA. Poemas nacidos de huellas de tu vida, de recuerdos con dolor. En ellos traslucen tus sufrimientos en el silencio de la dictadura, tus ausencias. Es un libro de huellas en tu cuerpo, con huellas en el mundo. De preguntas al futuro, pero también de posiciones firmes. es un grito a no olvidar aunque duela por un nunca más.
PEQUEÑAS MUERTES, PROVISORIOS OLVIDOS, por Ediciones El Mono Armado del 2016. Hoy lo leo como una bitácora de vida, recuerdos lejanos con recuerdos de ayer, pruebas de despedidas provisorias. Un libro bello por donde se lo lea y se lo sienta. Dice Horacio Salas, más que un gran poeta un gran amigo: “Rafael, fuiste y sos un poetazo, y me gusta subrayarlo. Una vez más.”
Se te va a extrañar, pero entre tanta tristeza por no poder compartir mas esas preciosas charlas en tu casa, tenemos que recordar tu sonrisa, tenemos que seguir leyendo tu poesía. Nos dejaste huellas que no es poca cosa.
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